Quinto tema

Tema: La IDOLATRÍA.


P. Daniel Albarrán

(agosto-septiembre de 2022, en ocasión de la novena de la Virgen, en la advocación de la Virgen del Valle)

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QUINTO TEMA quinto día de la novena: jueves, 3 de septiembre de 2022)

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VAYAMOS DETALLANDO ÉXODO 32:


PRIMERO:


ES importante resaltar, la tardanza de Moisés. El texto dice: “Moisés entró en la nube, subió al monte, y allí se quedó cuarenta días y cuarenta noches” (Éxodo 24:18).



Por otra parte, en el caso concreto de la tardanza de Moisés en bajar del monte, dice que “Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, se reunió el pueblo en torno a Aarón y le dijeron: «Anda, haznos un dios que vaya delante de nosotros, ya que no sabemos qué ha sido de Moisés, el hombre que nos sacó de la tierra de Egipto.” Eso nos lleva, entonces, a hacer otra pregunta, y es: ¿Cómo saber qué tiempo era el tiempo suficiente para esperar que bajara Moisés del monte; y, qué tiempo era pasado en un supuesto plazo; y más aún, había un plazo de espera para que Moisés bajara? ¿Cuarenta días y cuarenta noches era mucho, poco, o suficiente tiempo para que bajara y no se tenía noticias de Moisés, que se pudo haber muerto, o comido por un animal salvaje, o estaba en otra situación no sabida, porque, precisamente, no se sabía qué había pasado? Por otra parte, ¿Por qué Josué, que había subido con Moisés, y que se había quedado en medio entre el pueblo abajo y Moisés arriba, por qué no baja, igualmente, a informar qué pasaba, que, aunque, viéndolo bien, tampoco Josué sabía nada; y qué podría informar; entonces, era mejor que no bajara a decir nada, porque no sabía nada, y hubiera sido más grande la confusión? El caso, es que no había noticias, ni de uno ni de otro, y de ninguno de los dos. Pero, sino había noticias, ya esa falta de noticias podría ser, sin embargo, una buena noticia. Por otra parte, ¿Moisés no les habría dicho el tiempo que iba a estar ausente, pero que iba a estar representado en Aarón, porque, cómo medir y precisar que había que esperar, o que había que actuar porque la tardanza ya era suficiente? No aparece por ningún lado del texto que Moisés las haya dicho cuánto tiempo se iba a estar allá arriba, tal vez, porque él mismo no lo sabía. El tiempo iba a depender de Dios que lo había mandado subir. Eso por un lado. Porque, por otra parte, pareciera que la estancia de Moisés arriba en el monte iba a ser por más tiempo que de los cuarenta días, en caso de que cuarenta días fuera a ser el tiempo que se iba a estar Moisés, y que pareciera ese tiempo, más tiempo, fue interrumpido porque abajo se habían hecho un ídolo, y esa hechura había llevado a que Dios le dijera a Moisés que bajara: “Entonces habló Yahveh a Moisés, y dijo: «¡Anda, baja! Porque tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, ha pecado. Bien pronto se han apartado el camino que yo les había prescrito. Se han hecho un becerro fundido y se han postrado ante él; le han ofrecido sacrificios y han dicho: “Este es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de la tierra de Egipto.”( Éxodo 32, 7-8). Pareciera que Dios interrumpe el tiempo que podría haber estado Moisés allá arriba.



SEGUNDO: los que hacen la solicitud:



Hay otro detalle en esa misma cita que no podemos dejar pasar por alto, y es que hay que resaltar la diferencia presentada en el texto en relación a los que le pidieron a Aarón, pues, quienes le piden a Aarón “haznos dioses que nos guíen” es el pueblo. Ahora bien, ¿Cuál pueblo?


 Y, aquí, tenemos que detenernos porque, ¿entonces, había entre ellos algunos más, además de los israelitas? Y, la pregunta tiene su respuesta afirmativa, pues sí habían otros, y eso ya quedó anotado en Génesis 19, 3-5: Y Moisés subió hacia Dios, y el SEÑOR lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel: "Vosotros habéis visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo os he tomado sobre alas de águilas y os he traído a mí”. Existe en esa cita una clasificación, pues, unos son los de “la casa de Jacob”, y otros “los hijos de Israel”, y se ratifica la diferencia en el hecho del mandado, porque a los  de “la casa de Jacob”, solo “les dirás”, mientras que a “los hijos de Israel” les anunciará. 


 Se le suma a esa diferencia lo de Éxodo 12,37-38: “Los israelitas partieron de Ramsés hacia Sukkot, unos 600.000 hombres de a pie, sin contar los niños. Salió también con ellos una muchedumbre abigarrada y grandes rebaños de ovejas y vacas.”. Igualmente, de ahí se puede decir que junto a los israelitas que salieron de Egipto con Moisés, también, había otros que no eran israelitas en lo dicho como crónica histórica en “salió también con ellos una muchedumbre abigarrada y grandes rebaños de ovejas y vacas”. ¿Qué significa la palabra “abigarrada”? Significa: heterogéneo, mezclado, confuso, enredado, complicado. O, sea, que referida a aquella realidad, era un grupo de gente heterogéneo, mezclado. Entonces, con Moisés salió un grupo grande de características diversas.


 Lo curioso, igualmente, es que cuando Moisés habla y le pide explicación a Aarón de por qué permitió eso, el texto dice que Moisés dijo (Éxodo 32, 25-26):


“Vio Moisés al pueblo desenfrenado - pues Aarón les había permitido entregarse a la idolatría en medio de sus adversarios - y se puso Moisés a la puerta del campamento, y exclamó…”, (lo que es la continuación del capítulo de mañana). Queda, entonces, evidente, que Aarón es responsable porque el texto dice que Aarón les permitió, por una parte, y, por otra, que la IDOLATRÍA fue realizada por sus adversarios. Ahora bien, ¿De qué adversarios, acaso no los trajo él desde Egipto, y, ahora, son adversarios? Eso explica lo de pueblo.


TERCERO: el liderazgo de Aarón.



Llama la atención que Aarón no alegó absolutamente nada en favor de la idea de esperar, por lo menos, un día más. Al contrario, de una, pidió que le trajeran las prendas de oro: Aarón les respondió: «Quitad los pendientes de oro de las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y vuestras hijas, y traédmelos.» Aquí, algunos estudiosos del texto dicen que Aarón estaba dando tiempo para que llegara Moisés, además, el pueblo iría a tardar en recolectar todas las prendas de oro, y eso daría tiempo. Y todo el pueblo se quitó los pendientes de oro que llevaba en las orejas, y los entregó a Aarón. Los mismos estudiosos del texto dicen que Aarón nunca esperó que el pueblo aceptara la propuesta de Aarón de despejarse de sus prendas de oro.


Aarón, entonces, tomó él de sus manos, hizo un molde y fundió un becerro. Entonces ellos exclamaron: «Este es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de la tierra de Egipto.».



Del texto queda claro que fue el mismo Aarón el que hizo el molde y fundió un becerro.



CUARTO: La declaración.



No dice el texto, sin embargo, que Aarón dijera algo en relación al becerro. La declaración y la aclamación de que ese becerro fuera dios lo dice es el grupo que le pidió a Aarón hacer un ídolo. Eso, tal vez, pudiera salvar de responsabilidades a Aarón.



QUINTO: La estrategia inteligente de Aarón:



Si ponemos atención al texto, se ve clarito que Aarón va por su línea y no se aparta de Dios. Aquí encontramos que Aarón fue muy inteligente, porque Aarón mandó hacer un altar para el becerro, pero anuncia una fiesta no por y para el becerro, sino para Dios. Dice: “Viendo esto Aarón, erigió un altar ante el becerro y anunció: «Mañana habrá fiesta en honor de Yahveh.»



En este punto, parece que Aarón juega a dos juegos. Por un lado, sigue la idea de la petición del pueblo, que ya se dijo que había sido el pueblo, sin saber cuál pueblo; y, por otro lado, juega a la fidelidad a Dios, porque la fiesta del día siguiente será en honor a Yahveh. Y, no solamente eso, Aarón juega a dar tiempo a qué Moisés aparezca de regreso, porque propone la fiesta para el día siguiente. Y, ¿Por qué no propuso la fiesta para de una vez?


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